Al revisar las investigaciones que
explicaban la interrelación existente entre el medio ambiente, la organización
y su desempeño, proponen su integración a través de tres modelos: el de control
externo, el de administración estratégica y el modelo inercial.
Los tres modelos consideran la influencia del ambiente externo. Sin embargo, el modelo de control externo sugiere que el ambiente ejerce la influencia dominante sobre las acciones de la organización. El modelo de administración estratégica considera el sentido inverso, esto es, será a través de la estrategia que la organización seleccione e interprete su ambiente, respondiendo a los elementos que no pueda cambiar y retomando los elementos restantes para su propia ventaja. Por lo que se refiere al modelo inercial, el ambiente, la estrategia o ambos, pueden tener una influencia preponderante sobre la acción organizacional en sus primeros estadios pero, cuando la organización se desarrolla, el tamaño y la estructura implícitas se convierten en limitantes para las acciones organizacionales.
Además del ambiente, la tecnología es otra variable de importancia, ya que influye poderosamente sobre las características organizacionales y puede ser interpretada como una variable ambiental –influyendo a la organización de afuera hacia adentro– como si fuese una fuerza externa sobre la cual la empresa tiene poco control. al mismo tiempo, se presenta como una variable organizacional interna que afecta a los demás recursos y a la capacidad de la organización para enfrentarse a su entorno.
A lo largo del desarrollo económico capitalista, la tecnología se volvió sinónimo de eficiencia y, con base en ella, se han establecido criterios para evaluar, mejorar y comparar el funcionamiento de las empresas. Mientras más sofisticada sea la tecnología, son mayores las oportunidades de reducir costos, aumentar y mejorar la productividad y los niveles de competitividad, tanto en los mercados locales como en los internacionales.
Finalmente, quisiéramos referirnos a dos fenómenos que surgen de la dinámica de desarrollo del modelo de producción capitalista; la diferenciación y la integración.
La diferenciación está marcada por la división de la organización en subsistemas o departamentos, en los que cada cual desempeña una tarea especializada dentro de un contexto ambiental igualmente especializado. Esto es, si los ambientes específicos difieren en cuanto a las demandas que plantean, aparecerán diferenciaciones en la estructura.
En cuanto a la integración, ésta se refiere al proceso opuesto, es decir, ante las presiones de globalización del ambiente se promueve la unidad de esfuerzos y coordinación entre los diversos departamentos o subsistemas.
Estos dos fenómenos también serán considerados en el análisis que a continuación se presenta, sobre el impacto que el ambiente globalizador ha tenido sobre el funcionamiento de las empresas mexicanas.
Los tres modelos consideran la influencia del ambiente externo. Sin embargo, el modelo de control externo sugiere que el ambiente ejerce la influencia dominante sobre las acciones de la organización. El modelo de administración estratégica considera el sentido inverso, esto es, será a través de la estrategia que la organización seleccione e interprete su ambiente, respondiendo a los elementos que no pueda cambiar y retomando los elementos restantes para su propia ventaja. Por lo que se refiere al modelo inercial, el ambiente, la estrategia o ambos, pueden tener una influencia preponderante sobre la acción organizacional en sus primeros estadios pero, cuando la organización se desarrolla, el tamaño y la estructura implícitas se convierten en limitantes para las acciones organizacionales.
Además del ambiente, la tecnología es otra variable de importancia, ya que influye poderosamente sobre las características organizacionales y puede ser interpretada como una variable ambiental –influyendo a la organización de afuera hacia adentro– como si fuese una fuerza externa sobre la cual la empresa tiene poco control. al mismo tiempo, se presenta como una variable organizacional interna que afecta a los demás recursos y a la capacidad de la organización para enfrentarse a su entorno.
A lo largo del desarrollo económico capitalista, la tecnología se volvió sinónimo de eficiencia y, con base en ella, se han establecido criterios para evaluar, mejorar y comparar el funcionamiento de las empresas. Mientras más sofisticada sea la tecnología, son mayores las oportunidades de reducir costos, aumentar y mejorar la productividad y los niveles de competitividad, tanto en los mercados locales como en los internacionales.
Finalmente, quisiéramos referirnos a dos fenómenos que surgen de la dinámica de desarrollo del modelo de producción capitalista; la diferenciación y la integración.
La diferenciación está marcada por la división de la organización en subsistemas o departamentos, en los que cada cual desempeña una tarea especializada dentro de un contexto ambiental igualmente especializado. Esto es, si los ambientes específicos difieren en cuanto a las demandas que plantean, aparecerán diferenciaciones en la estructura.
En cuanto a la integración, ésta se refiere al proceso opuesto, es decir, ante las presiones de globalización del ambiente se promueve la unidad de esfuerzos y coordinación entre los diversos departamentos o subsistemas.
Estos dos fenómenos también serán considerados en el análisis que a continuación se presenta, sobre el impacto que el ambiente globalizador ha tenido sobre el funcionamiento de las empresas mexicanas.
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